
Capitulo 2 : Piano y guitarra
Desde que Candela puso esas cortinas color rosa en la ventana, empecé a odiarla porque todas las mañanas las corría ocasionando que el maldito sol madrugador encegueciera mis ojos. Y escuchar las quejas e insultos de Eugenia era rutina. Como también era rutina levantarme de la cama con una sonrisa. Era maravilloso tener a aquellas dos personas como amigas.
Entonces, después de tender mi cama con un nuevo cubrecamas que también se encargo de comprar la flaca, voy al baño para solo higienizarme. Lavar mis dientes, mis manos, cepillar mi cabello dejándolo suelto que caiga hasta la cintura y escuchar los golpes de la puerta y los gritos de la rubia con su típico cantito de todas las mañanas ’¡Me hago Lali! ¡Me hago!; Y otra vez vuelvo a reír. Entonces agarro mi anillo, lo coloco en mi mano derecha y salgo del lugar sin decir palabra alguna.
Y con un jean, una musculosa algo escotada color verde, mis zapatillas de siempre y mi peinado rutinario, salí de la habitación junto a ellas dos para llegar al comedor y ver como los otros tres hombres reían alteradamente junto a otros chicos, los cuales nunca divisamos. Nos acercamos a ellos y saludamos a los de siempre para que luego, mi novio, presente a los nuevos compañeros que la academia había hecho ingresar. Gastón, Roció y Victorio.
Sonreí al conocer el parentesco de los tres. Victorio hermano mayor de Rocío, y ella, la novia de Gastón hace unos cuantos meses, nos contaron. También Victorio estaba de novio, y la chica había ingresado a la institución hacia un largo tiempo. Supuestamente, la conocíamos. Entonces comenzamos un grato desayuno entablando nuevas conversaciones y conociendo risas nuevas. Los tres amaban la música. Los dos rubios cantaban y tocar la guitarra era su más lindo pasatiempo. Mientras tanto, el morocho solo quería el piano. Decía que era su amante desde chico.
Y cuando Jimena nos dijo ’¡Hoy, clase de piano y guitarra!’ sentí que estaba llena. Desde que deje la casa de mi abuela que no tocaba un piano, y quería hacerlo con urgencia. Y cuando estábamos todos sentados en el suelo esperando a las profesoras correspondientes, Eugenia se encargo de contarle a Rocío toda mi vida, la vida de su hermano y nuestras vidas desde que estaban unidas. Entonces fue cuando él se sentó a mi lado, sin previo aviso, y rodeo mi cintura para que mi cabeza se posara en su hombro.
-Perdonala –pidió a la nueva rubia de la academia- cuando conoce gente nueva no deja de hablar. Aunque cuando ya es conocida, sigue hablando
-Te presento –irónica hablo Eugenia- mi hermoso hermano
-Un gusto –rió Rocío- no te preocupes, me gusta que hablen, me integra rápido –sonrió amablemente y no pude evitar volver a reír cuando la de ojos verdes sacó la lengua a su hermano
-Peter ¿Qué es eso? –interrogo Eugenia señalando su mano derecha
-¿Qué cosa?
-Lali, tenes el mismo anillo que mi hermano –volvió a hablar- ¡Me cuenta YA que significa esto!
Flashback:
Nuestro antepenúltimo día en la casa de mi abuela. Estábamos sentados en la arena que tenia de frente a aquel lago que una vez mi caballo nos había llevado por equivoco. Solo una distancia de centímetros nos separaba. El tocaba la guitarra sin dejar de mirar las cuerdas ni su púa. Yo dibujaba en la arena con mi dedo índice. Entonces levante mi mirada al escuchar la canción que cantaba al compas de su nueva melodía inventada.
Toma mi piel pa que deambules
Porque aunque siempre existas donde quieras,
Existirás mucho mejor donde te quiero,
Tu nombre me promete un reino,
Abro mi ventana y ahí lo encuentro,
El día que nace, o el día que muere,
Poco importa el tiempo,
Si creo en ti viviré para siempre,
Sembraré tu huerto,
No estaré nunca del todo muerto.
El paraíso, la tierra que diviso y donde piso,
El paraíso, Asturias significa el paraíso
Compromiso, amar y respetar la tierra donde piso,
Tierra te doy mi sangre si es preciso.
Entonces solo sonreí al escuchar su dulce y rasposa voz al cantar.
-Que linda canción –dije y me acerque a él para tenerlo al lado
-¿Te gusta? –Asentí con mi cabeza- la hice pensando en vos –y sonreí con más ganas- en realidad, pensando en otra cosa
-¿Qué? –y corrí mi mechón de pelo que caía sobre mi cara
-Lali –y dejo la guitarra a un lado para enfrentarse a mí y agarrar mis manos- ¿Te queres comprometer conmigo?
-Vos –señalo a su hermano- y vos –me señalo a mí- o sea que… ustedes dos… el anillo. ¡Aaah! –grito eufórica y abrazo a Rocío que lo único que hacía era reír. Se levanto del suelo y busco a la flaca con la mirada- ¡Candela! –Gritó- ¡Candela!
-¡Para loca! –se acerco ella tapándose los oídos- Que, ¿Qué pasa?
-Mi hermano y Lali… ¡Se comprometieron! –dijo sin anestesia y la delgada quedo perpleja mirándonos a nosotros que seguíamos allí sentados, abrazados
¿Ustedes están…? ¿Ustedes se…? –Nos señalaba- ¡Aaaah! –grito también y salto de alegría abrazando a Eugenia mientras sus bocas seguían abiertas
-¡Ey chicas! ¡Tranquilas! –Pedí- no hagan alboroto, ya se entero toda la academia –reí
-Están comprometidos. ¡Ahora soy cuñada asegurada!
-Igual ya estabas asegurada desde antes –volví a decir y mire a mi novio con el cual sonreímos
Sin duda, la mejor música provenía del piano y la guitarra. Pero más linda se ponía cuando la melodía y canción iba dedicado para uno. Mas, cuando era dedicado de él para mí. Música y alegría para mis oídos y corazón.
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